1. Referencia
bibliográfica:
RODRÍGUEZ
MORENO, M. L. (2006). Evaluación, balance
y formación de competencias laborales transuersales. (pp. 109-154).
Barcelona: Laertes.
2. Resumen
Un balance
de competencias es una ayuda a personas para autoevaluarse según sus
competencias, intereses y capacidades. Lleva consigo una auto-orientación que
podrá utilizar a lo largo de su vida laboral, junto con otra orientación, que
recibe el nombre de evolutiva, que permitirá a la persona ir cambiando mediante
formación y trabajo. Este reconocimiento de competencias, intereses y
capacidades de carácter experiencial y cultural, es una fase previa para la
elaboración del proyecto vital y profesional.
En el
balance de competencia se detallan todos los resultados de la educación formal
como de la experiencia en diferentes contextos, lo que el conjunto de estos
puede llegar a elaborar recursos útiles para su futuro laboral. Se pueden
distinguir diferentes enfoques: relacional, diferencial, ergonómico o experto y
el enfoque de la imagen se sí mismo. Todos estos enfoques se pueden recoger a
través de diversos instrumentos, como: historias de vida, currículum vitae, cuestionarios
e inventarios, prácticas en empresas, etc.
3. Palabras
claves:
·
Autoevaluación
·
Auto-orientación.
·
Orientación
evolutiva.
·
Proyecto
vital y profesional
·
Instrumentos
de orientación profesional.
4. Ideas
principales
“Una competencia no es un mero
conocimiento ni un conjunto de saberes; no se reduce a un saber ni a un saber
hacer; i siquiera es asimilable a lo que se aprende en un curso formativo o un
proceso de cualificación. Al contrario, la competencia requiere a todo eso pero
no es reductible a ninguna de esas cosas ni a la mera suma de ellas.” (Guy Le Boterf, 1994:109). En
RODRÍGUEZ MORENO, M. L. (2006).
“El
balance de competencia se considera como una comparación entre lo que se posee
y lo que se necesita y no se posee, es decir, como una reflexión hacia la
consecución de las competencias requeridas en el futuro puesto de trabajo, la
construcción del proyecto profesional facilita a la persona orientada conocer
hasta donde ha llegado y hasta donde le interesa llegar (expectativas
profesionales); dar significado al trabajo que aspira(motivación profesional);
poder organizar y prever sus planes formativos (protagonismo en la formación
continua y en la actualización de los saberes y la competencia laboral); y, finalmente,
comprender que la dinámica personal es compleja y que las valoraciones han de
ser hechas sopesando muchos platillos de la balanza (valor educativo o
formativo)”. (Romero
Rodriguez, 2009: 135).
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