viernes, 14 de junio de 2013

Ficha técnica: Evaluación, balance y formación de competencias laborales transversales.

1.    Referencia bibliográfica:

RODRÍGUEZ MORENO, M. L. (2006). Evaluación, balance y formación de competencias laborales transuersales. (pp. 109-154). Barcelona: Laertes.

2.    Resumen

Un balance de competencias es una ayuda a personas para autoevaluarse según sus competencias, intereses y capacidades. Lleva consigo una auto-orientación que podrá utilizar a lo largo de su vida laboral, junto con otra orientación, que recibe el nombre de evolutiva, que permitirá a la persona ir cambiando mediante formación y trabajo. Este reconocimiento de competencias, intereses y capacidades de carácter experiencial y cultural, es una fase previa para la elaboración del proyecto vital y profesional.

En el balance de competencia se detallan todos los resultados de la educación formal como de la experiencia en diferentes contextos, lo que el conjunto de estos puede llegar a elaborar recursos útiles para su futuro laboral. Se pueden distinguir diferentes enfoques: relacional, diferencial, ergonómico o experto y el enfoque de la imagen se sí mismo. Todos estos enfoques se pueden recoger a través de diversos instrumentos, como: historias de vida, currículum vitae, cuestionarios e inventarios, prácticas en empresas, etc.

3.    Palabras claves:

·         Autoevaluación
·         Auto-orientación.
·         Orientación evolutiva.
·         Proyecto vital y  profesional
·         Instrumentos de orientación profesional.

4.    Ideas principales

“Una competencia no es un mero conocimiento ni un conjunto de saberes; no se reduce a un saber ni a un saber hacer; i siquiera es asimilable a lo que se aprende en un curso formativo o un proceso de cualificación. Al contrario, la competencia requiere a todo eso pero no es reductible a ninguna de esas cosas ni a la mera suma de ellas.” (Guy Le Boterf, 1994:109). En RODRÍGUEZ MORENO, M. L. (2006).


El balance de competencia se considera como una comparación entre lo que se posee y lo que se necesita y no se posee, es decir, como una reflexión hacia la consecución de las competencias requeridas en el futuro puesto de trabajo, la construcción del proyecto profesional facilita a la persona orientada conocer hasta donde ha llegado y hasta donde le interesa llegar (expectativas profesionales); dar significado al trabajo que aspira(motivación profesional); poder organizar y prever sus planes formativos (protagonismo en la formación continua y en la actualización de los saberes y la competencia laboral); y, finalmente, comprender que la dinámica personal es compleja y que las valoraciones han de ser hechas sopesando muchos platillos de la balanza (valor educativo o formativo)”. (Romero Rodriguez, 2009: 135).

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