Cuando
me interrogo sobre mi propia vida y sobre el sentido que quiero darle tras una
vez finalizado mis estudios actuales, he llegado a la conclusión de que me
tengo que centrar en relacionar esta finalidad presente, con todas aquellas experiencias
pasadas y con lo que espero en un futuro.
Aquí es donde entra en juego la realización de
un proyecto profesional y vital, y que más, que como futura psicopedagoga, que
realizar el mío propio.
Por
lo que me pregunto, ¿Qué es un proyecto profesional y vital?
Un
proyecto profesional y vital es todo un conjunto de actividades de análisis
personal, generalmente registrado en un portafolios o dossier, donde una
persona recoge datos objetivos y subjetivos sobre su bagaje personal,
aptitudinal u competencional y reflexiona para ubicarse en su carrera y en el
lugar de trabajo que persigue (Rodríguez Moreno y otros, 2008, pág. 131)
Por
lo tanto, para llevar a cabo la realización de mi proyecto vital y profesional,
debo de llevar a cabo una serie de fases, que son las siguientes:
Fase de exploración: En esta fase se recoge todas aquellas informaciones, las que
permitirán realizarse una imagen de sí mismo, del entorno y de la relación de
ambos.
El conocerse a si mismo exige recopilar
información sobre los aspectos personales de uno mismo (habilidades,
competencias, intereses, valores,…). Para ello hay que realizar una historia de
vida, que es reflejar el vínculo de todos aquellos acontecimientos pasados,
presentes y futuros.
También
hay que recopilar información sobe los intereses personales, que están en
relación con las decisiones vocacionales; y, sobre los sueños, el cual actúa
como elemento motivador, ya que va mas allá de la propia realidad.
Además,
hay que prestar atención en las competencias profesionales y la formación. Aquí
es donde actúa el balance de competencias.
Un
balance de competencias es un método
de análisis de estas mismas y de las actitudes profesionales de un individuo a
la vista de la construcción de un proyecto de desarrollo profesional en el
ámbito laboral, o, en el caso de que se detecte la necesidad, a la vista de un
proyecto de formación, con la posibilidad, en ambos casos, de introducir
profundas modificaciones en el itinerario profesional de esa persona o en su
colocación en el trabajo. (Serreri, 2000).
Según
Lemoine, C. (2002:23), el balance de competencia tiene como objetivo permitir
que las personas adultas (…) puntualizar las propias competencias, conocerlas
mejor y, a partir de ello, construir un proyecto personal o profesional,
dejando claro, a la vez, los medios y las fases de realizarlo (…).
Por
consiguiente, las fases del balance de competencias se distinguen por ser tres;
a) fase introductoria, b) fase de investigación, y c) fase de síntesis o de
devolución.
La
primera fase, introductoria, es aquella en la cual se guía el análisis de las
demandas y necesidades que tiene la persona. En ella se procura que nazcan
motivaciones y expectativas. La segunda fase, de investigación, es donde se
identifica y reconstruye conocimientos y habilidades; se analiza y valora las
competencias profesionales y se
identifica los intereses profesionales; así como, se analiza el mercado de
trabajo y la organización donde se desarrolla la actividad laboral. Para
finalizar con las fases, detallamos la tercera, la fase de síntesis y
devolución, aquella que tiene como objetivo: reelaborar el plan de vida
personal y profesional, ofreciendo coordenadas para el futuro; planificar el
proyecto y aportar verificación de fiabilidad; organizar el portafolios de
competencias y organizar el documento de síntesis.
Explorar
el entorno, es lo que hace acercarnos al trabajo, por lo que tenemos que
barajar varias apreciaciones, como, conocer empleos atípicos o hacer un uso
diferente de la imaginación.
Fase de cristalización: Esta fase es donde la persona construye su propio autoconocimiento
profesional y construye sus preferencias respecto a estilos de vida y campos
profesionales. Cabe destacar el importante papel de desarrollar todas las
competencias adquiridas y aquellas que hay que reforzar.
Fase de toma de decisiones: Esta fase es el contraste del deseo y la
posibilidad de acción. Es un contrates entre un criterio interno con un
criterio externo. Por ello hay que aplicar la autenticidad, el realismo y la
autocritica de todas las competencias para llegar a una toma de decisiones.
Esta toma de decisiones no solo es para darle una solución a un problema, si no
que hay que tener en cuenta el contexto y la situación de la que se parte, como
de los sentimientos y emociones de la persona.
Fase de realización del proyecto profesional y vital: Esta fase es un proceso de anticipación y
planificación de la acción que se ha decido llevar a cabo.
Por tanto, hay que describir ese plan de
acción, teniendo en cuenta las proyecciones de futuro y la búsqueda de
información de las mismas, además de prevenir, siendo realista, las
consecuencias que éstas pueden tener a lo largo del tiempo. Por tanto hay que
saber afrontar las dificultades que puedan surgir, mediante diversas
estrategias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario