INTRODUCCIÓN
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En la vida de toda persona siempre hay
un momento de inflexión en que decide pararse a pensar dónde se encuentra, qué
ha conseguido hasta ahora y a dónde quiere llegar en el ámbito profesional. En
este momento es en el que me encuentro actualmente, el hecho de que vaya a
terminar un periodo de mi vida, que ha sido principalmente de formación, y vaya
a comenzar a iniciarme en el mundo laboral, ha hecho que me replantee a qué
campo, relacionado con mi formación, quiero dedicar el resto de mi vida, es
decir, en qué trabajos encajaré mejor con respecto a mis capacidades y
preferencias.
Para ello, y gracias a las orientaciones
del profesor Juan Jesús Torres, me propongo a elaborar mi propio proyecto profesional. En este proyecto
mi autoconocimiento y mis emociones obtendrán un importante papel, y es que se trata de interrogarse sobre la propia
vida, sobre el sentido que se desea darle. Interrogarse sobre su vida, vida en
movimiento, movimiento alimentado, sostenido por un ideal, un objetivo, un
proyecto; ser en proyecto, más que tener un proyecto (Bernard, 1995: 36).
Este proyecto no podría llevarse a cabo
sin un previo balance de competencias,
y que estará dentro de la fase de exploración
del proyecto, en el que autoanalizara mis propias competencias profesionales y
personales así como mis aptitudes para definir dicho proyecto.
“El
balance de competencias es un método de análisis de las competencias y de las
aptitudes profesionales de un individuo a la vista de la construcción de un
proyecto de desarrollo profesional en el ámbito laboral, o, en el caso de que
se detecte la necesidad, a la vista de un proyecto de formación, con la
posibilidad, en ambos casos, de introducir profundas modificaciones en el
itinerario profesional de esa persona o en su colaboración con el trabajo.”
(Serreri, 2000)
La elaboración de este balance de
competencias, para desarrollar mi proyecto profesional, la llevaré a cabo en varias
fases: una primera fase introductoria en la que expondré cuál es mi demanda y
qué espero conseguir con este proyecto; una segunda fase de investigación, , en la que realizaré un
autoconocimiento de mi misma, analizando mi personalidad, cómo me veo, pero
también como me ven los demás; mis aptitudes personales, para qué sirvo y qué sé
hacer bien; y, finalmente, mis intereses profesionales, aquello en lo que me
gustaría trabajar; y una tercera fase de síntesis y que además está relacionada
con la siguiente parte del proyecto profesional, la cristalización, en el que, a partir de los datos obtenidos en la
fase anterior, expondré cuáles son los resultados obtenidos, es decir, cuáles
son mis puntos fuertes y cuáles mis puntos débiles y analizaré aquellos puestos
de trabajo que mejor se adecuen a mis competencias e intereses.
“La
tarea de cristalización supone un proceso a través del cual la persona construye
su propio autoconcepto profesional y elabora sus preferencias por determinados
estilos de vida y campos profesionales.” (Romero, 2009:
129).
La siguiente fase del proyecto es la de especificación y decisión, en la que
marcaré cuales son las decisiones que he tomado tras evaluar los datos
recopilados en las fases anteriores.
“El
aspecto esencial de la tarea de especificación es el contraste entre la
deseabilidad (criterio interno), constituida por la escala de valores del
individuo y sus intenciones de cambio y la probabilidad (criterio externo), o
posibilidades de acción, dependientes de la situación sociolaboral.” (Romero,
2009: 130).
La última fase es la realización, en el que se elabora el
proyecto profesional propiamente dicho, describiendo el plan de acción que voy
a llevar a cabo, con una proyección del futuro y una planificación de todo
aquello que deberé hacer para conseguir los objetivos planteados.
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