Si
vuelvo tiempo atrás, a aquel primer día de clase, recuerdo como los
sentimientos de alegría y miedo me invadían; alegría por ver de nuevo a los
compañeros y miedo por no saber lo que me depararía el resto del curso. Pero
estos no fueron los únicos sentimientos que protagonizaron ese “hormigueo en el
estómago” y es que las ganas por conocer más contenidos sobre esta carrea, que
tanto me había fascinado el año anterior, hacían que el ir a clase se
convirtiese en una oportunidad para avanzar y crecer.
Pasaron
los días, iban llegando profesores con sus metodologías, alunas novedosas y
otras menos, y entre ellos destacó una en concreto, la de la asignatura
Orientación Profesional; mentiría si dijese que la forma en la que se planteaba
ésta me entusiasmaba, porque la verdad es que lo que pensé fue que no iba a ser
capaz de llegar al nivel de exigencia que el profesor estaba diciendo que había
que llegar.
A
pesar de este miedo, sin casi ni siquiera darme cuenta, el curso iba terminando
y con cada una de las tareas propuesta desarrollaba una competencia diferente,
pero de esto no fui consciente hasta mucho más adelante. El hecho de que me sentía “libre” para
desarrollar la ejecución de las tareas, hacía que yo también me desarrollase mucho
más con cada una de ellas.
En
esta asignatura también juegan un papel importante los compañeros. Compañeros
que han propiciado que mis ganas por seguir avanzando fuesen aumentando, a
veces por el apoyo que me aportaban, otros por descubrirlos muy competentes y
tener la necesidad de estar, al menos, en su mismo nivel.
Todos
estos aspectos y muchos más consiguieron hacer de mí una persona capacita para
realizar el trabajo de la Orientación, entre otros. Antes he dicho que no me
había dado cuenta de las competencias que había adquirido hasta mucho más
adelante, y es que, puedo decir, que es este último trabajo, el proyecto
profesional, el que me ha hecho darme cuenta de lo mucho que he aprendido, pero
también, de lo mucho que me queda por aprender, y las ganas que tengo de hacerlo.
Esta
asignatura ha he hecho no solamente que aprenda conceptos que antes desconocía,
y adquiera competencias tan importantes para el mundo laboral, sino que,
además, ha propiciado que me conozca mucho mejor a mí misma, que sea consciente de lo capaz que puedo llegar a
ser para conseguir cualquier cosa que me
proponga y me ha motivado a seguir creciendo como persona y como profesional,
además, me ha enseñado que los sueños son posible, siempre y cuando se tenga
interés en alcanzarlos, que nada es imposible y que los obstáculos no son
problemas sino oportunidades para aprender y crecer.
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