Esta fase constituye la parte más compleja y comprometida de
todo el proceso, y se encuentra dentro de la fase de exploración del Proyecto Profesional y Vital. Las personas orientadas deben realizar una labor investigativa
propia, examinando acontecimientos pasados, presentes, y analizando los
futuros.
Concretamente, los objetivos que nos marcamos en esta fase
son los siguientes:
·
Identificar y reconstruir conocimientos,
habilidades y recursos psicosociales.
·
Valorar los conocimientos y recursos
disponibles.
·
Conocer y valorar las competencias
profesionales.
·
Identificar los intereses profesionales.
Consideramos que estos objetivos constituyen la base real
del proceso que estamos realizando, ya que el propósito final del Balance de
Competencias es que los orientados sean conscientes de sus posibilidades y sus
limitaciones, para poder potenciar las primeras y mejorar las segundas. Es por
ello por lo que esta fase se considera tan importante, ya que si ellos mismos
no se conocen no podrán ser conscientes de sus capacidades.
Para llevar a cabo este proceso de autoconocimiento,
trabajaremos con nuestros orientados una serie de instrumentos, tanto
estandarizados como no estandarizados, los cuales nos permitirán alcanzar los
objetivos propuestos.
Una vez que nuestros orientados deciden adherirse a este
proceso de orientación y son conscientes de lo que se va a llevar a cabo,
decidiremos concertar una siguiente cita para dar comienzo a esta fase
investigativa.
En la primera sesión
de trabajo, realizaremos primeramente una entrevista
personal a nuestros orientados, totalmente abierta, la cual nos permitirá conocerlos
más, saber su situación actual, qué los ha llevado a ella y qué expectativas
tienen. Como es de esperar, al trabajar con perfiles tan distintos entre sí, la
naturaleza de la entrevista irá variando conforme suceda, ya que sus
experiencias son totalmente diferentes entre sí. No obstante, lo que realmente
queremos conseguir con esta entrevista es que los orientados se sientan en un
ambiente de confianza y que entiendan que este primer paso resulta vital para
comenzar con buen pie este proceso de orientación.
Además, una vez dentro de la dinámica de la sesión, les
explicaremos que nos gustaría convertir toda la información obtenida en esta
primera parte de la sesión en algo más concreto, explicándoles la técnica de la
línea de vida. La construirán ellos
mismos, una vez que le hayamos explicado cómo realizarla, y así verán
físicamente el para qué de toda la primera entrevista: conectarán todos los
contenidos expuestos en la primera parte de la sesión, lo que resultará de
vital importancia para enfrentarse a los pasos posteriores y, lo que es más
importante, para su próximo futuro profesional.
Una segunda sesión
de trabajo irá más encaminada a conocer los intereses profesionales de nuestros
orientados ya que, como es natural, tendrán alguna expectativa previa. Para
concretar esas ideas, nos basaremos en dos instrumentos: un primero
estandarizado, de naturaleza virtual, y que consistirá en responder a una serie
de cuestiones en función de sus intereses profesionales, para al final obtener
un perfil profesional acorde a lo respondido, que después nos podrá servir como
guía. Sin embargo, los resultados no se comentarán en esta sesión, sino en
posteriores.
Y para completar esta primera parte de conocimientos de
preferencias profesionales, haremos uso de un instrumento no estandarizado, la rejilla de constructos personales y
vocacionales. A diferencia de otros instrumentos, la rejilla de constructos
vocacionales permitirá a los sujetos generar su propia información y ser
consciente de ella. Para crear este instrumento, se les solicitará a los
sujetos que evoquen un conjunto de profesiones y de valores asociados al
trabajo, para posteriormente hacer una ordenación y priorización de los mismos.
El proceso que se seguirá para su elaboración será el
siguiente:
· Los
sujetos deben pensar en 7-9 tareas profesionales que les gustaría desempeñar en
un futuro, aunque conviene que piensen también en una profesión que no les
gustaría ejercer, para que sirva de contraste respecto a las que sí les
interesan.
· Para
crear los constructos, se les pedirá a los orientados que elaboren una lista de
características, condiciones y valores que consideran más importantes a la hora
de decidirse por una opción formativa y vocacional. Además, por cada
característica formulada, se explicitará el rasgo opuesto. Las que se
consideran más importantes se situarán a un lado, mientras que las contrarias
se situarán al otro.
· A
partir de la selección de profesiones y constructos se creará una tabla de
doble entrada con toda la información recogida.
· A continuación,
en las intersecciones entre profesiones y constructos, los sujetos deben
comparar cada profesión con cada constructo, otorgando un valor comprendido
entre 1 y 6, según si la profesión se acerque a un polo del constructo o a
otro.
Cada orientado realizará, con ayuda de las
orientadoras, una rejilla de constructos vocacionales personal, en la que se
reflejará la preferencia de unas profesiones o tareas profesionales sobre
otras. Esto último se evidenciará en las puntuaciones totales obtenidas, las
cuales se analizarán posteriormente.
Para cerrar esta fase de investigación,
concretaremos una última sesión de
trabajo, en la que se trabajará con instrumentos estandarizados que arrojarán
más información de nuestros sujetos.
Concretamente, los instrumentos estandarizados
son los siguientes:
· COMPETEA: constituye un
instrumento para evaluar las competencias profesionales que el sujeto al que se
le aplica tiene adquiridas.
· PPG-IPG: analiza concretamente
las competencias personales que el sujeto al que se le aplica tiene adquiridas,
con visión a poder aplicarlas en el ámbito profesional.
Ambos instrumentos serán aplicados y contestados por
nuestros orientados en esta última sesión de trabajo.
Es ahora cuando damos por
finalizada esta fase de investigación, ya que consideramos que la naturaleza de
los instrumentos utilizados y la finalidad de cada uno de ellos constituyen una
serie de informaciones bastante amplia, y que abarca cada uno de los objetivos
propuestos anteriormente.
Además, la fase de exploración
del proceso global también finaliza, para dar paso a una siguiente fase en la
que se podrán analizar los resultados obtenidos de esta primera parte del
proceso.
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