En esta fase se lleva a
cabo principalmente, la toma de
decisiones que guiarán todo el
proyecto profesional. El aspecto
esencial de esta tarea, según Romero (2009), es el contraste entre la deseabilidad (criterio interno), constituida
por la escala de valores del individuo y sus intenciones de cambio, y la probabilidad (criterio externo), o
posibilidades de acción, dependientes de la situación sociolaboral.
El proceso de toma de
decisiones no es sólo un aspecto cognitivo de resolución de problemas y
tratamiento de la información, sino está influido por el contexto, la situación
que se esté viviendo y las propias emociones y sentimientos de la persona que
decide. Por ello, este proceso implica también un aprendizaje para afrontar las
emociones, tener una actitud positiva ante la incertidumbre y desarrollar la
creatividad.
Esta tarea de toma de
decisiones resulta ser un proceso delicado, ya que implica responder de manera
determinada teniendo en cuenta múltiples factores que pueden influir en esa
decisión. Por ello, los siguientes aspectos deben estar presentes en esta fase:
-
Autenticidad:
identificación de las motivaciones que subyacen a sus opiniones, percepciones y
comportamientos.
-
Sentido
crítico.
-
Realismo:
toma de conciencia de la necesidad de establecer una negociación entre los
deseos y las posibilidades.
-
Autocrítica:
toma de conciencia respecto a sí mismo, con las contradicciones y antagonismos
que se viven en relación a las propias necesidades y motivaciones.
Para terminar, se debe
señalar que desde la acción orientadora hay que tener en cuenta el carácter
evolutivo y, por tanto, provisional de las decisiones, englobadas en un
proyecto, y la importancia del aprendizaje del proceso y las estrategias de
decisión más que la consecución del producto del mismo.
Este proceso de toma de
decisiones la llevaremos a cabo con nuestros orientados en una sesión de trabajo, en la que
comenzaremos elaborando un guión de todas aquellas motivaciones que subyacen a
las opiniones, percepciones y comportamientos de estas personas, mostrando
cuáles son sus motivaciones de cara al futuro. A continuación realizaremos un
juicio de valor relacionando esta información deseada con los datos obtenidos
en la fase anterior, y finalmente se marcan todos aquellos objetivos, a largo y
corto plazo, que desean alcanzar y que protagonizarán su proyecto profesional.
Estos objetivos estarán
presentes de aquí en adelante, encaminando sus acciones a alcanzarlos y llegar
a la satisfacción tanto personal como profesional.
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